jueves, 12 de febrero de 2009

La mujer del César

Hay varias citas acerca de la mujer del César que perfectamente se podrían aplicar a las cenas y actividades cinegéticas de Garzón y Bermejo, pero a los dos se les deben haber olvidado aquellos años de Facultad en que se estudiaba el Derecho Romano. Y ahora, Bermejo y Rubalcaba pretenden echar balones fuera y señalan únicamente al PP, y que en esa cena no se habló en absoluto de la instrucción del caso de corrupción en el entorno popular, sino del placer que produce matar venados.
La reacción del Partido Popular es totalmente lógica y entendible, por mucho que desde los ministerios del gobierno socialista se consideren un ataque a las instituciones. La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo.
Bermejo, el que ha luchado contra los padres y dice que toca luchar contra los hijos, pide respeto a las instituciones y al Estado de Derecho. Por ese mismo respeto a las instituciones y al Estado de Derecho, la mujer del César debe estar más allá de toda sospecha, pero ya que el ministro poeta nunca va a estar libre de sospecha, sed non casta, tamen cauta.
Bermejo debe dimitir como ministro y Garzón ser recusado de la instrucción de la presunta trama, como manera de devolver la confianza a las instituciones que representan.

1 comentario:

Javier dijo...

¿Y de Tangentopolis popular no decimos nada?