Daniel Sirera escribió un sms privado a Carina Mejías, hablando de su partido, opinando que éste era una mierda. Una opinión que debería ser matizada, aunque en una opinión tan clara y explícita y (lo que es peor) no pocas veces reflejo de lo evidente, no caben matices.
Sirera me recuerda a ese Leonard Cohen condenado a veinte años de aburrimiento por intentar cambiar el sistema desde dentro, aunque, recordemos, Sirera, no por lealtad al partido sino por lealtad al sistema, aceptó la candidatura consensuada de Alicia Sánchez-Camacho y se apartó del camino. Leal al partido fue Monserrat Nebrera, que sí intentó cambiarlo desde dentro, y otros tantos que han levantado la voz en contra del rumbo actual del Partido Popular en España y en Cataluña en particular, por unas razones o por otras.
Al leal Sirera no le dejan ni siquiera opinar que su propio partido, el PP, al que ha dedicado (y le sigue dedicando, a pesar de todo) tanto esfuerzo, es una mierda. Sólo se lo permite la privacidad de un sms enviado a ciertas personas, privacidad (furtividad) que Avui ha publicado. A los que opinaron con voz alta que el partido es lo que es así les ha ido pero, a la vez, así le va al partido, tal y como describe Maite Nolla en Libertad Digital.
En el PP falta gente que, desde una visión realista, diga, pero en voz alta, que este partido es una mierda, que exponga las razones y que el sistema, en vez de condenarlos al aburrimiento, se enriquezca de sus opiniones y sus valores. En vez de eso, Rajoy ha preferido castigar a su propio partido al aburrimiento que conllevan los candidatos de consenso y la propia forma de llevar el timón popular, que no es otra que dejarlo a la deriva mientras todo acontece.
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