Uno de los episodios del más sonrojantes del culebrón acerca de la sucesión en la presidencia de Caja Madrid, ha ocurrido hoy con la publicación de una entrevista en "El País" a Manuel Cobo Vega, vicealcalde de Madrid, segundo de Gallardón y chico de los recados del regidor madrileño, es decir, el que da la cara cuando Gallardón no quiere asomar las cejas. Y así, Gallardón mandó a su chico de los recados a batirle la presidencia del PP de Madrid a Esperanza Aguirre, en vez de dar la cara y presentar su candidatura.
Ahora, Gallardón respalda las palabras que Cobo le ha regalado a Esperanza Aguirre en mitad de una batalla interna en el Partido Popular, un pulso entre Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy, por ver quién coloca en la cabeza visible de Caja Madrid a su candidato, en vez de abogar de una vez por todas por la privatización de las cajas, algo que supondría la eliminación de las disputas políticas dentro de entidades financieras y que los políticos dirigiesen entidades financieras (ver ejemplo de Caja Castilla La Mancha).
El espectáculo es bochornoso, el que ofrecen nuestros (incluso a nuestro pesar) políticos en general y los del Partido Popular en particular. ¿Quién no recuerda las palabras de Mariano Rajoy acerca de la fusión de las cajas gallegas Caixa Galicia y Caixa Nova, alegando que él es un liberal de verdad? ¿Dónde ha quedado el liberalismo rajoyista ahora que hay un empecinamiento en que sea Rodrigo Rato (un sustituto con garantías para derrotar a Rajoy en un hipotético Congreso Nacional en 2011) el presidente de Caja Madrid? Párrafo de la noticia, fechada el 11 de agosto, de Europa Press: "Mariano Rajoy no va a intervenir ni a opinar sobre un acuerdo de fusión o de cualquier otro tipo que se adopte", sentenció y recalcó que el futuro de las cajas es un asunto "serio" en el que "cuanto menos intervenga la política, mejor".
Y hoy sale Cobo en el periódico de Zapatero (el que lee justo después del diario de Roures "Público") , con sus declaraciones en El País. Cada uno que saque sus propias conclusiones. Arriba está el enlace a la entrevista aparecida en la edición digital del diario prisaico, y no faltan noticias en todos los diarios digitales. Yo sólo reseñaré una frase que describe cuál es el papel de Manuel Cobo en política y cuál es su recorrido político, que no es más que el que le permiten los hilos que maneja cierto alcalde cejudo: "[Alberto Ruíz Gallardón] Es el político por el que estoy y para el que estoy en política". ¡Tiempos aquellos en que uno se metía en política por y para las personas!
2 comentarios:
Cobo habla por boca de ganso.
Para entender todo esto, hay que retrotraerse a quien es quien.
Gallardón es un cáncer, un tipo ambicioso,sin escrúpulos,capaz de lo que sea en su desmedido afán por ser el presidente del PP.
El difunto Polanco,íntimo del alcalde Madrid, decía de él "que era más socialista que el propio Felipe".
Cobo es el lacayo, el "chico para todo".
Íntimo de jerifaltes del grupo PRISA jamás ha ocultado su desprecio y odio a Esperanza Aguirre.
Y en esta tragedia shakesperiana falta el personaje fundamental,Rajoy, sin cuyo beneplacito y visto bueno,jamás se hubiera atrevido el mindundi de Cobo a montar este espectáculo.
La conclusión es que el PP es un partido en descomposición, que no hace oposición, hundido en casos de corrupción que afectan a altos cargos del partido, con un lider timorato,inepto e incapaz empeñado en acuchillar a supuestos enemigos internos, que en poner orden en un partido que parece una casa de lenocinio.
Si ésta es la alternativa,estamos aviados...
Efectivamente, Gallardón es un tipo ambicioso cuyos principios son los que le convengan para "picar" alto.
Ambiciona la presidencia del gobierno con una actitud "centrista" que más bien recuerda a la de un socialista "casi" moderado. Las políticas impositivas llevadas a cabo en Madrid lo demuestran.
Ambiciona la poltrona de Rajoy y, de conseguirla, llevará al PP al desastre por los siguientes motivos:
1- Los socialistas no votarán a Gallardón. Excepto Cobo.
2- La derecha no votará a Gallardón, excepto la derecha militante del PP que vote tragando sapos.
Este capítulo sólo demuestra que las Cajas de Ahorros (de los ciudadanos) no pueden estar en manos de políticos. Que se privaticen.
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