domingo, 28 de junio de 2009

Deferencia

La ex-presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (no sabía que el Estado tenía un organismo de este tipo), Beatriz Gimeno, publicó una columna de opinión en el panfleto de Enric Sopena "El Plural" titulado "Jesús Neira, un machista a la antigua". Y sin entrar en el análisis que hace del machismo y de la personalidad de Jesús Neira, por primera vez estoy de acuerdo con lo que dice esta señora.
En concreto cuando dice: "[a Jesús Neira] le preguntaron por su opinión sobre el machismo que se observaba en los colegios y en los jóvenes y sobre cómo erradicarlo. Al hombre no se le ocurrió otra cosa que afirmar que hay que enseñar a los niños a tratar a las niñas con “deferencia”. Ni una sola vez en toda la entrevista pronunció la palabra “igualdad”, que es lo que hay que enseñar a los niños, y no deferencia. En todo caso habrá que enseñar a niños y niñas a tratar a cualquier otra persona con educación, pero en ningún caso las niñas merecen ningún trato especial que enmascare la desigualdad". En verdad que no puedo estar más de acuerdo con sus palabras, porque hay muchos ejemplos de deferencia en este país que, no obstante, Beatriz Gimeno silencia.
Me refiero, por ejemplo, a la obligatoriedad de que en las listas electorales tenga que haber unos porcentajes de presencia femenina y masculina obligatorios, excluyendo el mérito y la capacidad en su elaboración. Eso es un ejemplo de deferencia.
Me refiero, por ejemplo, a todas esas cuotas de presencia femenina o masculina que se quieren imponer en consejos de administración, etc. Eso es un ejemplo de deferencia.
Me refiero, por ejemplo, a la desigualdad de calificación penal que existe en nuestra legislación si un hecho lo comete una mujer o un hombre. Eso es un ejemplo de deferencia, y no de igualdad de trato frente a la Ley.
Me refiero, por ejemplo, a eso que María Teresa Fernández de la Vega calificó en el mismo Congreso de los Diputados como discriminación positiva. Pues bien, esa discriminación positiva también se puede llamar deferencia.
Y el colmo de los colmos de la deferencia en este país es que Z., nuestro Presidente del Gobierno, aparte de la paridad que quiera aplicar en su gabinete, cree un Ministerio de la Igualdad y ponga al frente del mismo a un personaje como Bibiana Aído. Y eso, nadie me lo negará, es un caso clarísimo de deferencia, en desprecio de personas mejor preparadas para encabezar todo un Ministerio.

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