martes, 21 de abril de 2009

Hum... bueno... yo... estooo...

Nadie va a dudar, a estas horas, que Luís del Olmo, lejos de nuestras filias y nuestras fobias, es un profesional de la radio, que se ha granjeado, como todas las personas en el ejercicio de su profesión, amigos y enemigos. Federico Jiménez Losantos no es, precisamente, uno de esos amigos.
Mariano Rajoy, por mucho que diga que él se lleva bien con todo el mundo, también se ha granjeado sus amigos y sus enemigos. Federico Jiménez Losantos no es, precisamente, uno de esos amigos. Con los amigos no se titubea.
Todos hemos visto la noticia, reflejada en los diarios digitales "Libertad Digital" y "El Plural" donde "Del Olmo pone en serios aprietos a Rajoy al preguntarle por Losantos" (El Plural) y "Rajoy, en serios apuros tras ser preguntado por Jiménez Losantos" (Libertad Digital).
¿Por qué titubeó tanto? ¿Acaso no tenía ya una respuesta preparada para esa pregunta? Porque era evidente que Luís del Olmo, sabedor de cómo incomodar cuando quiere, iba a sacar el tema de Jiménez Losantos y la COPE. ¿O no recordaron los múltiples asesores de Rajoy cómo Luís del Olmo incomodó a José María Aznar preguntando por Iñaki Gabilondo (famosa entrevista recordada por la izquierda mediática?) ¿O pensaban que, tras el giro al centro pop, los medios iban a ser más condescendientes con el líder popular?
Por muy mal o bien que se lleven, Iñaki Gabilondo, Federico Jiménez Losantos y Luís del Olmo son colegas, compañeros de profesión ("¿se alegra que este compañero nuestro deje la COPE?"), y, si bajo el argumento del compañerismo de profesión, Luís del Olmo puede meter en apuros a un líder de los populares, sea quién sea, lo aprovechará. Eso lo sabe todo el mundo, excepto Rajoy y sus asesores, por lo visto.

2 comentarios:

Riddick dijo...

tienes un premio en mi blog , un saludo

Unknown dijo...

No hace falta que asesoren a Rajoy. El PP no se desgasta (a su electorado le da lo mismo que sus líderes sean listos o tontos, honrados o corruptos, le votarán igual). Rajoy tiene sus enemigos dentro. Si espera, ganará las próximas elecciones, como quien recoge un fruto maduro. Simplemente porque el PSOE perderá votos que irán a la abstención. Nada garantiza más en este país la alternancia que la falta de consistencia del electorado de izquierdas. Como en otros muchos aspectos de la vida, lo que te honra es también lo que te acaba hundiendo.