jueves, 22 de septiembre de 2011

En defensa de la Educación

No es ningún secreto que las protestas realizadas por parte del profesorado de la enseñanza pública no son más que un instrumento de los sindicatos afines que, a base de subvenciones y más subvenciones, han conseguido diluir su verdadero significado como sindicatos para pasar a formar parte de esa conglomerado informe que se llama la izquierda. Son un instrumento al servicio de esa agitación previa a unas elecciones a las que nos tienen acostumbrados y de la cual siempre se pretende sacar rédito de cualquier tipo.

No nos engañemos, no defienden la enseñanza pública, ni siquiera defienden la enseñanza (a secas), y da vergüenza ajena oír decir a ciertos representantes que la calidad de la enseñanza pública se va a ver mermada. Como ya dije, en época electoral mucha gente se pone nervioso y dicen muchas tonterías, pero cuando ya se ha engranado y engrasado la maquinaria de la izquierda, tanto a nivel de partido, sindicatos y prensa, además se dicen mentiras.

Repito: no es una batalla por la educación pública o la educación privada, no es una batalla por la calidad de la educación pública ni siquiera por la educación en sí misma. Si así fuese, todos los profesores, de todos los colegios e institutos, públicos como privados, ya habrían salido a la calle hace bastantes años bramando contra el sistema educativo de nuestro país –cuyo padre no es otro que Alfredo Pérez (Rubalcaba)–  especialmente cada vez que un informe PISA nos deja en ridículo, y por tanto, también a esos profesores que no dejan de formar parte de ese penoso sistema. Es, simplemente, una lucha por mantener un status laboral  considerado por muchos funcionarios y trabajadores (incluyendo colegas del sector educativo privado) un privilegio.

Si de verdad la izquierda de este país quiere defender la Educación, especialmente la pública, que no digan esa falacia de que aumentar dos horas semanales (dentro de las tres que permite la Ley madrileña) significan recortes a la educación y de la calidad de la enseñanza y empiecen a atacar la verdadera causa de que nuestro país sea siempre la risa en los infomes PISA, que exijan a los candidatos, especialmente al padre de la LOGSE Alfredo Pérez, un cambio en el modelo educativo español que, además sea duradero en el tiempo y no  algo que siempre hay que cambiar por el capricho de cada gobierno.

Pero eso es pedir peras al olmo, más en estos días de elecciones donde tantas subvenciones están en juego dependiendo de quien gane.

1 comentario:

Natalia Pastor dijo...

Estamos ante una huelga política.
Los sindicatso hasta ahora silentes y que no han pestañeado ante la degradación evidente que leyes como la LOGSE o la LOE han producido en el sistema educativo, sino que para mayor escarnio las han aplaudido, ponen ahora el grito en el cielo por trabajar dos horas más en un país con cinco millones de parados, ellos precisamente, que son los profesores que más cobran en la OCDE y que además tienen el puesto fijo.

Ahí están las hemerotecas para ver lo que manifestaron en su dia los representantes sindicales de CCOOO y UGT,alborozados, con la reforma educativa.
O como celebraron con entusiasmo inusitado que Zapatero derogara la Ley Orgánica de Calidad de la Educación de Pilar del Castillo.