Hace muchísimo tiempo que no actualizaba este blog por motivos personales, pero uno siempre encuentra una noticia que empuja a sacar tiempo de un exprimidor y escribir aunque sean unas líneas. Y no, no ha sido la crisis del 'Alakrana' (Roma no paga traidores, Francia no negocia con terroristas, nuestra política internacional se doblega), la inquietante (e imparable) putrefacción del Partido Popular, y todas las torpezas políticas y económicas que nos llevan al desastre: creo que el ejercicio de un blog político no ha de circunscribirse a copiar+pegar entradas anteriores en las que ya se enumeraban las acciones y omisiones de nuestros mal llamados dirigentes que nos llevan a la ruina.
Las alarmas han saltado y todos nos hemos de preocupar: Hermann Tertsch, periodista de Telemadrid, ha sido agredido por un ultraizquierdista o un imbécil, que viene a ser lo mismo. Además con cobardía, por la espalda. Hermann Tertsch tiene varias costillas rotas y un pulmón encharcado, y está hospitalizado.
El ejercicio de expresarse libremente aún no está bien visto, a pesar que desde la muerte de Franco ha pasado largo trecho, si bien no ha debido pasar el tiempo suficiente, para estos fascistas que se hacen llamar antifascistas, desde el derribo, piedra a piedra, del muro de Berlín. Solucionar las discrepancias a patadas (o torturando al modo chekista), es algo propio de las personas cortas de mente que no creen en la libertad y sí en el totalitarismo.
Coincide todo esto con una polémica desatada entre Tertsch y Wyoming, donde el último contestó unas palabras del primero acerca de los terroristas que mataría por salvar a unos españoles, con un montaje carente de gracia (quizás sólo el agresor, y el propio Wyoming, debieron de reirse con ello) que se ganó una denuncia por parte de Tertsch. Sería de esperar que esa persona que se hace llamar gran Wyoming saliese en su programa avalando la libertad de expresión (la de todos, incluso la del propio Hermann Tertsch) y condenando la agresión que le ha roto las costillas al periodista.
Y por una razón muy sencilla. Porque Hermann Tertsch iba a solucionar las discrepancias con Wyoming de la manera que lo hacen los seres civilizados: recurriendo a la Justicia. Defender a Hermann Tertsch en estos momentos es defender la democracia y la libertad de expresión, y Wyoming debería hacer distinguir a sus fans dónde están los límites.
1 comentario:
Volvemos a los dias anteriores a las elecciones del 2004 cuando se agredió a los militantes del PP y se atacaban sus sedes.
La izquierda está en una espiral de violencia que se ve en los intentos de agresión a Güemes por los "liberados" sindicales o lo acontecido con Hertsch.
El bufón Wyoming jalea,provoca e incita a que cualquier "chekista" y miliciano vocacional agreda a Tertsch, e incluso lo llama asesino.
Lo próximo puede ser el "paseillo".
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