lunes, 17 de octubre de 2011

Aznar, ese crispador que se atreve a decir que debemos apoyar a las víctimas del terrorismo

Cada día me siento en la obligación de leer los digitales de casi todos los periódicos, sean sus líneas editoriales giradas hacia la derecha o hacia la izquierda, pero significativamente hoy la obligación de leer ciertas noticias de "El Plural", ese panfleto del gulag mediático dirigido por Enric Sopena, ha sido una obligación que me ha llevado a la náusea.

Comienzo a leer este artículo, escondido pero cuyo titular es muy significativo: "Aznar también crispa con la conferencia: "Nunca hay que pagar ningún precio a ningún terrorista"". Vamos, que decir cosas como "debemos apoyar a las víctimas del terrorismo porque su tragedia no puede caer en el olvido", "no es lo mismo ser víctima que asesino", "no se pueden tratar las cosas por igual no con equidistancia [...] si se hace no solamente se comete un verdadero error político sino que, además, constituye un verdadero desastre desde el punto de vista moral"... son para este periódico digital "progresista" (sic) una crispación. ¡Vaya!

Por cierto, especialmente nauseabundo es el artículo titulado: "Pedro J. reabre las heridas de Irene Villa y su madre para acusar al PSOE de claudicar ante ETA". No voy a comentarlo, se califica él solito. Sólo decir que acusar a Irene Villa de dejarse utilizar para encender bajas pasiones.... me callo. Prefiero enlazar la columna de la misma Irene Villa, en "La Razón", titulada "Traición".

No me extraña que Sopena esté tan orgulloso y cómodo en "La Noria".




domingo, 16 de octubre de 2011

ETA: Abriendo y cerrando heridas

Mañana se celebra esa "conferencia de paz" promovida desde la llamada izquierda abertzale con la idea principal de internacionalizar lo que no pocos llaman "conflicto vasco", que no es ni conflicto ni vasco, es un problema que tienen unos tarados mentales con el concepto de democracia y con la democracia misma.

Lamentable me parece que, en toda esa pantomima que llevamos incluso antes de que Bildu, los testaferros de ETA, fuese legalizada para apoderarse de los censos y presupuestos municipales, sea el PSE-PSOE quien se sume a la farsa que se va a perpetrar mañana. 

Me parece más lamentable en el lugar en el que se ha instalado el socialismo y la izquierda en general (con sus excepciones, como Rosa Díez) dando alas, aunque sea sólo "para mirar", y algunos, no sin bajeza, comparando lo de mañana con los actos de José María Aznar en la tregua etarra de aquel entonces. Por supuesto, eso le ha llevado a que las víctimas se enojen, y con razón. 


Parece evidente, por mucho que duelan las palabras de José María Aznar, que hay una opción genuflexa de súplica para que haya movimientos hacia el fin de ETA antes de las elecciones del 20-N; un empeño en querer pretender que se va a alcanzar la paz, dando la espalda a las víctimas y por la puerta de atrás, sin vencedores ni vencidos, equiparando a víctimas con verdugos. De ese modo, un empeño en cerrar las heridas, y a ser posible antes de las elecciones.

Pero al mismo tiempo que vemos a una izquierda empeñada en cerrar a cualquier precio, aun a costa de las víctimas, las heridas provocadas por el largo historial delictivo y genocida del terrorismo etarra, resulta paradójico su mismo empeño en reabrir heridas con el tema de la Guerra Civil y la dictadura franquista, a través de la llamada Memoria Histórica. 

¿Acaso no resulta paradójico hasta lo repulsivo que intenten a la desesperada cerrar un conflicto entre la demócratas y los totalitarios etarras de espaldas a las víctimas y a su dignidad y, al mismo tiempo, quieran abrir una y otra vez, con su correspondiente fractura social, el conflicto que nos llevó a matarnos entre nosotros y a una dictadura de cuarenta años? 

viernes, 14 de octubre de 2011

Pan negro

La elección de Pan Negro como candidata de la Academia de Cine Española a los Óscar, en su categoría de mejor película extranjera, he generado un debate sobre si una película en catalán puede ser o no representar a España. Una pregunta que, si se hace adecuadamente, lleva implícita la respuesta: ¿Puede una película española representar a España? Obviamente, sí.

No podemos escandalizarnos por el hecho de que una película rodada en cualquier idioma español, ésta llegue a representarnos. Y más cuando un 82% de la película la hemos pagado de nuestros sufridos impuestos. Así que es española como la que más.

No obstante, cada cual arrima el ascua a su sardina, como sucede con el nacionalismo, que vende el tema como un logro del cine catalán (que no español) y de la lengua catalana, como una pequeña batalla ganada por el nacionalismo, más cuando antes Joel Joan, conocido independentista, decía: [...]la mayoría de los académicos en españa son castellanoparlante, es la lengua con la que se sienten identificados, en catalán es una lengua extranjera y, por tanto, es muy difícil que una versión original nunca llegue a Hollywood.

Resulta casi esquizofrénico que un nacionalista se lamente de que el catalán sea considerada una lengua extranjera en España (¿acaso no quieren eso?). Pero cuando se demuestra que la cultura catalana (y por tanto española) tiene aceptación en el resto de España y, cuando se hace una película que, pagada con los impuestos de todos los españoles en un 82%, resulta aceptable a los ojos de los académicos y se la nomina para ser candidata a los premios más importantes del cine, resulta totalmente lamentable (aún más) esa discriminación de la lengua castellana dentro de la cultura catalana, como sucedió con los hechos de la Feria del Libro de Frankfurt en 2007, justificado por el nacionalista Carod.

¿Aceptaría la Academia de Cine Catalán una película genuinamente catalana rodada en español? ¿Lo aceptaría Joel Joan?