La verdad es que es muy fácil hacer diálogo social, o pacto social, o todas esas cosillas que quedan muy bien. Es decir, una foto de los dos jefes de los sindicatos subvencionados, el jefe de los empresarios y Z. al fondo.
Pero en tiempos de crisis, si el diálogo social ha de reducirse a eso, a una foto de sonrisas y buen rollito, pues no. Al parecer los empresarios, los cuales ven peligrar las empresas, no están dispuestos a hacerle la foto a Z. si no se lleva a cabo una reforma laboral que, por otra parte, lleva tiempo retrasada. Y eso los convierte en los malos de la película.
En el lado opuesto están los dos sindicatos mayoritarios, es decir, CC.OO. y UGT, es decir, Toxo y Méndez, que al contrario que los miembros de la CEOE, no ven (ni verán) peligrar empresas en la que invirtieron el dinero ni tampoco las subvenciones millonarias de los gobiernos central y autonómicos.
Y por fin Zapatero. El hombre que, a falta de acuerdo (sumisión), se permite el lujo de afearle la postura a la CEOE, y de paso recordarle: "Soy el presidente del Gobierno, que no se te olvide… Soy el presidente de todo los españoles, no sólo de los tuyos". Algo así como "Tú no sabes con quién estás hablando", frase muy recurrida por políticos de pacotilla y altos funcionarios, también de pacotilla, cuando un policía o guardia civil le va a poner una multa. A Z. pareció olvidársele con quién estaba hablando: con el representante de los empresarios (o de una gran parte), los que, con su propio dinero generan riqueza y empleo, aparte de generar una pequeña parte de los ingresos de los sindicatos (por afiliación) y sindicalistas liberados.
La frase de Z. que más me ha gustado ha sido la siguiente: "Os doy 48 horas. Si esto no evoluciona, actúo como Gobierno". Pues que actúe en vez de esperar la foto, que ya es hora.
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