Hay varios cambios en el gobierno de Z. que no pueden entenderse si no es en clave electoral. Entenderlos como un impulso ante la crisis se hace harto difícil.
El primero de ellos es, evidente, el de la llegada del ex-ministro de trabajo (más reconocido como el del paro) y ya ex-presidente del chiringuito andaluz, Manuel Chaves. Zapatero ha impuesto la renovación, aunque ésta sólo sea de caras, para enfrentarla al rostro arcaico de Javier Arenas, asociado a la derrota, que resulta tan cansino para el electorado como podría ser el rostro de Chaves. Es decir, que mientras el PSOE se podrá presentar en las elecciones andaluzas bajo un slogan de "cambio" con un rostro nuevo en sus carteles, al frente tendrá al dinosaurio Javier Arenas, con los mismos mensajes de siempre.
Y el segundo de los cambios es el que se ha producido en la cartera del Ministerio de Cultura. Ángeles González Sinde, a mi parecer, no viene a recoger por los servicios prestados por los artistas de la ceja en las anteriores elecciones, en las que tan bien sirvieron para tapar las mentiras socialistas acerca de la crisis. Viene a preparar el camino (vía pago del canon y vía subsidio del siempre autocomplacido cine español) de la campaña electoral de los artistas cejateros, para que vayan creando plataformas prozetapé y llamando gilipollas a los que no piensan como ellos.
Si bien las elecciones pueden ser anticipadas (quizás para 2011, cuando un mínimo dato económico permita decir que estamos viendo la luz al final del túnel), lo que está claro es que Zapatero ya está preparándolas, en vez de estar pensando en el país.
1 comentario:
Estoy esperando que el PP o alguno de sus gurús nos regalen un día con la publicación de su receta para combatir la crisis. Sí la tienen sería de buen patriota (cielos, he conseguido escribir la palabra sin que me saltara el tic, ¡albricias!)compartirla con el Gobierno. Si no lo hacen o es porque no la tienen o porque (ellos también) están preparando las elecciones con la antigua fórmula de la derecha: "Cuánto peor, mejor".
Sabemos todos que la fórmula mágica no existe. Ahora bien, todos son culpables de la situación actual: el PP por iniciarla y el PSOE por no tener arrestos para echar el cerrojo al crecimiento canceroso con el que se encontró y arrostrar con las culpas infundiosas que le hubieran caído desde la oposición y en período electoral de ser el causante de la crisis.
Para que no nos llegue la siguiente crisis sí hay fórmula: terminar de una vez por todas con el liberalismo económico y la falacia de que solo la iniciativa privada campando libremente por sus foros es capaz de crear riqueza. Bueno, falacia para los trabajadores, que primero reciben algo y luego tienen que devolver con creces para apagar el incendio. No es desde luego una falacia para los poderosos, que primero se apropian de lo común en presente de indicativo y luego, otra vez, en futuro indefinido a través del sablazo al déficit público.
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