Los sindicatos sumisos al Gobierno de Z., es decir, la UGT de Méndez y la CC.OO. de Toxo, no quieren oír ni hablar de las medidas que, desde la CEOE, se han propuesto para fomentar el empleo. Y eso lo dicen cuando dos de cada tres parados europeos son españoles. Preparan un primero de mayo reivindicativo cuyo lema es: "Frente a la crisis, empleo, inversión pública y protección social". Y sin sonrojarse.
Vayamos por partes: Frente a la crisis nunca va a ser una solución el empleo, pues el empleo es un síntoma de la situación económica, no es la solución. Si solucionamos la crisis, se solucionará el empleo, pero la crisis no se solucionará con el empleo.
La inversión pública realizada hasta ahora con la excusa de la crisis no puede llamarse, en puridad, inversión. Puede llamarse malgasto, derroche, etc., pero inversión, en absoluto. El Plan E, ese plan donde los únicos beneficiados han sido los fabricantes de cartelones de propaganda gubernamental, ha sido un fracaso. En el mes donde se iban a crear muchos empleos, se destruyeron hasta los 4 millones de parados.
Y si cada vez hay más millones de parados, con sus correspondientes pensionistas y millones de funcionarios, diputados (nacionales y regionales), senadores y otros vividores de la política (sin olvidar la alegría con la que el gobierno derrocha el dinero de todos), la protección social que puede ofrecer el sistema con los pocos trabajadores que van a quedar en este erial económico al que nos lleva Z., se va a ir por el retrete, tal y como anunció, de forma menos gráfica, el gobernador del Banco de España.
No obstante, sí puede decirse que ha habido una inversión pública que le es rentable al gobierno: aquella inversión, subvenciones mediante, en los sindicatos UGT y CC.OO. que les convierten en sindicatos dóciles y silentes ante la crisis y la debacle en las cifras del paro, a los cuales no les debe de importar el goteo incesante de bajas de afiliación.
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